Medicina Hospitalista. Tomo 3

Prólogo

Los textos colectivos con muchos autores ostentan su propia identidad. Por un lado, la heterogeneidad –que puede ser una virtud en la medida en que se exponen visiones distintas–, por otro, la dificultad para coordinar los esfuerzos, la necesidad de asediar a los autores, de sustituir oportunamente a quienes se atrasan, distribuir equitativamente los créditos y confiar en la idoneidad de los elegidos. Hasta se han roto amistades cuando los compiladores acosan a los colaboradores. Esta complejidad se potencia cuando se trata de una propuesta internacional como esta; por más que las tecnologías vigentes para la comunicación han remediado muchos obstáculos, la distancia no ha desaparecido del todo. Además de la separación geográfica, hay disparidades en visiones, recursos, enfoques, caminos, aunque todo ello enriquece el contenido. Los comentarios anteriores intentan ponderar el valor de una obra plural como la que se ofrece, sus dificultades de ejecución, su variedad de perspectivas y al mismo tiempo la universalidad de sus conceptos.

Este monumental esfuerzo se vislumbra amalgamado bajo la idea de la medicina interna, la que hoy carece de límites. Los espacios se han multiplicado y las áreas de estudio son casi infinitas, siempre con el centro en los pacientes. Los conceptos de progreso, contemporaneidad, vanguardia e innovación matizan con las tradiciones, costumbres, vigencias, persistencias y perseverancias. Muchos de los contenidos de este libro se hubiesen visto como entelequias hace no muchos años, pero hoy forman parte de la cotidianidad. Y no es solo un asunto de avance tecnológico, sino también conceptual y social, que alterna con una recreación y actualización de temas ancestrales. Ofrece un vislumbre de cómo se va dando la práctica en el mundo, no solo en los sitios de avanzada tecnológica ni solo en los que se genera el conocimiento. Con fundamento en estos avances se conforma un catálogo de derivaciones prácticas, accesibles, eficientes o, al menos, prometedoras.

Se ofrece a los lectores un referente de la medicina presente, de sus diversas facetas, de las recomendaciones contemporáneas para actuar como un médico de hoy, sin desdeñar los fundamentos que han consolidado a la medicina como una profesión de servicio, no solo para salvar vidas, sino también para reducir sufrimientos, contribuir a la potencialidad humana y servir de fundamento para el verdadero progreso social.

Dr. Alberto Lifshitz